Durante su primera visita al centro de México, Lama Dawa tuvó sueños y visiones relacionadas con el volcán Popocatépetl. Observó que la actividad negativa en México es muy intensa y está produciendo gran maldad y sufrimiento para todos los seres. En sus visiones, Lama Dawa también percibió que para revertir estas energías negativas, se debía instalar un Mandala Vajrakilaya en la base de esta montaña volcánica.
El Popocatépetl (Montaña humeante en náhuatl) es un volcán activo con una altitud de 5426 m. Se encuentra en el centro de México, rodeado de grandes ciudades como Ciudad de México y Puebla y una gran cantidad de pequeñs poblaciones. En sus alrededores viven alrededor de 30 millones de personas.

Valle de México. Foto de José María Velasco. En ella se pueden ver los volcanes Iztaccihuatl (izquierda) y Popocatépetl (derecha).
Este volcán ha sido considerado un lugar sagrado desde tiempos prehispánicos. En aquellos tiempos las montañas eran consideradas moradas de las deidades y fuentes de vida. El Popocatépetl era venerado como el reino de Tláloc (dios del agua y el rayo, divinidad que sustenta la vida y la fertilidad). En su zona se han realizado ofrendas a este dios desde aquellos tiempos hasta nuestros días.

La Leyenda del Popocatepetl e Iztaccíhuatl. Foto tomada de Inside Mexico.
Actualmente, sigue siendo un lugar sagrado. En las comunidades aledañas al “Popo” existen personas llamadas ‘tiemperos’ o ‘graniceros’ que se comunican con el volcán y le realizan ofrendas anuales pidiendo por la lluvia y el buen desarrollo de los cultivos, que en esta zona son principalmente de maíz. La relación con el “Popo” o “Don Goyo” (como les gusta llamarlo) sigue muy arraigada en su cultura.
El área seleccionada para el emplazamiento del Mandala es la zona de Amecameca, que tiene vista al volcán hacia el Este. Es una zona energéticamente importante. Es considerada como uno de los cuatro vientos (direcciones) en la cultura prehispánica y es en la actualidad de una importante ruta de peregrinaciones. En la zona han nacido algunos personajes místicos y relevantes para México, como Sor Juana Inés de la Cruz y Regina.